Gracias a ti Maite por ser como eres |
Por Maite.
Al llegar al hotel sabía que iba a ser una tarde
extraordinaria. Faltaban diez minutos para el inicio del acto, tomé un café y
me dirigí al salón.
Ella entró en la sala acompañada de su hermana y de unos
amigos de Zaragoza. Sonreía y hablaba con la naturalidad de cualquier niña de
su edad. Al verla su fragilidad me sorprendió. Saludé a su familia. Abracé a su padre y charlamos someramente de cómo se iba a desarrollar el encuentro con todos los amigos que habían llegado.
Luis Miguel llamó a su hija. Se acercó a nosotros.
Al abrazar a Aitana su aparente fragilidad se transformó en fuerza. Mi corazón se abrió ante una niña que vive gracias a su fuerza y a la de todos aquellos que la quieren.
Aitana nació en Tarazona en verano del año 2000. Vino al mundo con un serio problema, una cardiopatía congénita compleja que incluye atresia pulmonar, comunicación interventricular y colaterales aortopulmonares. Una enfermedad poco habitual que requiere un tratamiento especial.
Sus padres recorrieron hospitales, consultaron con especialistas. La sanidad española no se hizo cargo de la operación. La intervención que podía salvar su vida debía realizarse en Boston.
Nada frenó a los progenitores de la pequeña. Vendieron el negocio familiar, solicitaron ayuda económica a amigos y familiares. Pero la cantidad necesaria para acometer el viaje a EEUU y el tratamiento médico era superior a todo lo alcanzable por la familia.
Una idea llegó a Luis Miguel García. En una población cercana, los vecinos habían recogido tapones de plástico para comprar a un niño una silla de ruedas. Luis M. acogió la idea y decidido, comenzó a contagiar a los turiasonenses la costumbre ecológica y solidaria de recoger tapones.
La magia de Aitana ha conseguido que la F. seur con la empresa mercantil se encargue de almacenar los tapones en sus oficinas repartidas por toda España. Sus vehículos llevan la preciosa carga hasta ACTECO, una empresa comprometida con el medio ambiente y con Aitana. La empresa valenciana transforma el plástico en dinero para la salud.
Tras el abrazo sonreímos. ¿Me permites hacerte un regalo? .- le pregunto. Asiente con la cabeza. El Principito de Saint-Exupéry llega a sus manos. Una historia extraordinaria para una pequeña que también lo es.
Esta niña de melena rubia y ojos azules ha sido intervenida en tres ocasiones. Todavía resta un nuevo viaje al Hospital Infantil de Boston para su total recuperación. Pero hoy camina, comparte juego y está feliz.
Todas las personas que viven alrededor de esta niña con ángel contagian alegría en la conversación. Es el fruto de saber que el esfuerzo siempre merece la pena. Es la consecuencia de pensar que ante los más grandes retos siempre el corazón tendrá poder.
La Asociación Una Sonrisa para Aitana ayuda en este momento
a niños con enfermedades raras. Continua recolectando tapones para salvar vidas.
Como dice Luis M.:
“es triste que tenga que recoger basura y mendigar para salvar la vida de mi hija. Lo haré
por ella y por quien lo necesite”.
Aitana García es ejemplo
de cómo el amor es la energía más poderosa de la tierra. El amor rige el
universo, nuestro diario y sin él no somos nada.
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